EL EPICUREISMO




Epicuro proponía la realización de la vida buena y feliz, la ATARAXIA y las relaciones entre sus correligionarios. Este placer no debía limitarse solo al cuerpo, como preconizaba el hedonismo cirenaico, sino que debía ser también intelectual, ya que el hombre es un todo.

Ademas para Epicuro la presencia del placer o felicidad era un sinónimo de la ausencia de dolor, o de cualquier tipo de aflicción: el hambre, la tensión sexual, etc..  Era un equilibrio perfecto entre la mente y el cuerpo que proporcionaba la serenidad o ATARAXIA.



La finalidad de la filosofía de Epicuro no era teoría  sino mas bien practica que buscaba sobre todo procurar el sosiego necesario para una vida feliz y placentera en la que los temores al destino, los dioses o la muerte quedaran definitivamente eliminados.

Para ello se fundamentaba en una teoría empirista del conocimiento, en una física atomista inspirada en las doctrinas de Leucipo y Democrito y en una ética hedonista.

No había motivo para temer a los dioses porque estos si bien existían no pueden relacionarse con nosotros ni para ayudar ni para castigar, y por tanto ni su temor ni su rezo o veneración posee utilidad practica. La muerte tampoco puede temerse, porque siendo nada no puede ser algo para nosotros: mientras vivimos no esta presente u cuando esta presente nosotros no estamos ya de eso. Cuando el hombre se libere de sus falsos temores y alija racionalmente sus placeres, llegara a a ser feliz.

Para Epicuro, el principio de todo bien se halla en el placer, algunas de sus afirmaciones se refieren a un placer grosero. El placer que hace verdaderamente dichoso al hombre es un placer tranquilo, equilibrado. Los placeres corporales cuando no se saben controlar llevan consigo el sufrimiento. Mas aun todo el placer corporal encierra inquietud y crea una mayor ansiedad, de ahí que los verdaderos placeres sean del espiritu.

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